Como historiador siento fascinación por muchos periodos de la historia.
Por un lado está el Antiguo Oriente Próximo, con sus ciudades construidas en adobe y madera entre el Tigris y el Eufrates...noches húmedas de hambre, miseria y sacrificios. Son terribles, si, y están llenos de misterios pero curiosamente son uniformes. A un lado está la ciudad como símbolo de la civilización, y al otro la barbarie de los pueblos que no conocen la agricultura o el bronce, pero si el valor y el saqueo. La esclavitud de la ciudad amurallada frente a la libertad condicionada de un mundo que es una jungla. La ley...frente a, tal vez, el sentido mismo de la justicia. Howard, el autor de CONAN, decía que la civilización era decadente y aplastaba el espíritu humano. Es un buen tema que explorar, pero creo que...se queda manco.
Otro gran entorno podría ser la América de la conquista europea. Un tema complejísimo en el que se mezclan sentimos nacionales, de clase, étnicos y religiosos con el mismo discurrir de la historia. Es mi especialidad, la manejo y me veo facultado como para rolearla sin dejarme llevar por sentimentalismo...pero el común de las mortales estudió cosas útiles y no historia, de modo que sus dientes rechinarían. Además, es, sencillamente, una lucha demasiado dispar.
Entonces...pienso en las cruzadas. Son fascinantes, posiblemente uno de los movimientos culturales más importantes que jamás haya conocido Occidente. De lejos. La unión de reinos que combatían constantemente los unos con los otros por la Hegemonía por una religión con la que también combatían con un fin...expulsar a otra religión no tan distinta de la suya, menos centralizada y más civilizada eso si, de los lugares santos que compartían. Ejércitos de bárbaros asediaron bajo el mandato de Dios y del dinero veneciano a la civilización más avanzada del momento, la élite social y cultural del momento, porque era la misma voluntad de Dios.
DEUS VULT.
Se sucedieron demasiadas cosas como para enumerarlas en un artículo de OCIN. Venganzas, traiciones, planes dentro de planes, pactos imposibles, actos de una humanidad y honorabilidad impensables a día de hoy, canibalismo instigado por la misma desesperación, reformas políticas, cambios sociales...todo ello instigado por los constantes cambios que sufría la eterna cruzada. Occidente, salvaje y primitivo, se transformó en algo aún más violento pero refinado y unido para invadir Asia. Y el mundo islámico recordó lo que era la Umah para combatir a esos invasores. Docenas de reinos, imperios, baronías y formas de religión nacieron, vivieron y murieron en este periodo.
Y por eso es el setting perfecto. Porque lo tiene todo. Tiene grandes personajes como Al-Nasir Salah ad-Din Yusuf ibn Ayyub (Saladino para los profanos) o su tío Asad ad-Din Shirkuh bin Shadhi (Shirku), Balduino el Leproso, Frederick Barbarroja, Esteban de Chartres, Hugo de Payens o Godofredo de Saint-Omer que dirigían reinos y ejércitos de distintas civilizaciones. Mundos que chocaban en mil esquirlas. Hay grandes sociedades misteriosas como los cruzados o los nizaríes, a quienes llamamos Asesinos, que movidos por sus planes y aspiraciones sembraron el Mediterraneo de conspiraciones y sangre.
Pero sobretodo estaba la ambición humana. Desde los reinos a las ciudades estado, pasando por los anhelos de los pobres las Cruzadas fueron un tiempo de enormes movimientos sociales en las que todos movieron el culo para agarrar el pedazo más grande. Es inspirador, hermoso y terrible..y la salsa perfecta para el rol.
Y además...están las leyendas como la Cruzada de los Niños, predecesora de la historia del Flautista de Hamelín, o del sagrado Grial de la Última Cena. Todo, de un modo u otro, encuentra acomodo en la Cruzada.